El camino

Hoy es un día de lluvia hermoso,  aunque con lluvia o con sol, todos los días son hermosos, y solo depende de nuestra percepción el como lo califiquemos.
En este día hay dos cosas que me invitan a reflexionar:
El Domingo de Ramos y mi camino.

El domingo de ramos es una tradición seguida por muchos, recordando: “La entrada triunfal de Jesús en Jerusalén”, para mi es el recuerdo de cuando mi maestro (Jesús) entro en mi vida, para mostrarme el camino que yo elegí vivir en esta vida.

Su entrada en mi vida fue triunfal porque llego para quedarse en mi corazón. En esos momentos en que la luz no es clara o simplemente no la vemos. El me conquisto con estas cuatro virtudes, que cambiaron mi vida: Humildad, firmeza, amor y alegría interpretados en estos símbolos:

El burrito es símbolo de humildad y utilidad en tiempos difíciles, su firmeza cuando eliges y decides ser guiado por tu maestro. Jesús representa el amor que transforma lo imposible en posible, lo ordinario en extraordinario. Las palmas representan la alegría que sentimos cuando el maestro nos guía a conectarnos con nuestro niño interno, donde no hay criticas, juicios, expectativas y sobre todo donde el ego no nos amarga el día.

Hoy puedo decir con certeza que amo mi camino, aunque en el haya; curvas peligrosas, puentes inseguros, senderos con obstáculos y vías cerradas, porqué… tengo un maestro que me guía.
Aprendí que las dificultades y las pruebas o desafíos me fortalecen, cuando decido vencerlos y elijo ser guiada por el corazón lugar donde habita el maestro de cada uno.

Aunque no todos contamos con el mismo maestro, es importante rendirnos a ese poder universal, que está ahí, para apoyarnos. La actitud de rendirnos, no es debilidad; es la virtud de la humildad que abre los canales del corazón donde se encuentran la paz, el amor y la guía del maestro.

Recuerdan cuando Jesús dijo: ¡Dejad que los niños vengan a mí!… En realidad este es un llamado a todos los que hemos encerrado a nuestro niño interno en la inteligencia, zona de confort del ego que no nos deja ver la verdad.

En resumen esta tradición me recuerda  el día en que cambiaron las falsas creencias sobre mi vida y no fue precisamente un domingo de ramos, sino el día en que deje de controlar y me rendí, porque me sentía vacía, sin luz y en caos. Hasta el día de hoy es que entiendo que el vacio, la oscuridad y el caos son el principio de la creación.

Este patrón se repite en nuestra vida muchas veces, especialmente cuando necesitamos hacer un cambio radical en nuestra vida. Solo… ¡Deja de controlar y ríndete! Para que el vacio sea llenado, la oscuridad de paso a la luz y el caos se transforme en orden, gracias a la ley Universal de polaridad.

Aun recuerdo vívidamente como pase de un estado  fuerte  de tristeza a un estado de alegría, con la simple actitud de rendición,  que desde entonces me motivan a crear mi vida, soñando, porque soñar es crear.

“Los sueños siempre se cumplen, cuando  el ego brilla por su ausencia y nos permite trabajar con el espíritu y la guía del maestro”.

¿Y tú?… ¿Cuando le permitiste a tu maestro entrar en tu vida?

Tu comentario es muy valioso, para mi crecimiento y para inspirar a los demás. Tu camino es importante, porque todos somos UNO en esta inmensa y magnifica creación.

Un abrazo de luz.

Coach Angélica