El sábado pasado tuve la maravillosa oportunidad de presenciar un evento que marcó la vida de un ser maravilloso como Miguel Zapata, un joven con autismo que ha superado los desafíos que esto conlleva y ha triunfado en todo lo que se le ha presentado. Se ha fortalecido especialmente en el área en la que le gusta estar, conectándose con las personas.
Miguel es extremadamente sociable, tiene una mente brillante para recordar nombres, caras y las historias de las personas. Durante esta celebración, estuvo radiante, como se puede apreciar en el vídeo. Fue el anfitrión y, al mismo tiempo, el homenajeado. Se sentía protagonista y se mantuvo atento y alerta hasta el final. Es un ejemplo de cómo una persona puede ser sociable, a pesar de que el autismo, irónicamente, bloquea esta área de socialización y expresión. Aunque él cree que no tiene muchos amigos, él realmente hace muchos amigos con su carisma y atención hacia los demás. Sus amigos son de todas las edades, ya que él no conoce la discriminación, sino la integración, que es lo más importante, y él lo hace de manera maravillosa.
Hace unos años, tuve la bendición de conocer a Fabiola Torrez, la madre de Miguel, en un almuerzo para madres que tienen hijos con autismo. Fue un evento hermoso que nunca olvidaré, organizado por ella. Tuve la oportunidad de hablar sobre un libro que escribí para ayudar a mi hijo, quien también tiene autismo. Después de ese evento, conocí a mi campeón, Miguel Zapata. Le llamo campeón porque en nuestras sesiones de coaching, él siempre daba todo lo que podía para progresar. No hubo un solo día en el que no lograra superar los desafíos que le presentaba. Por eso le llamo campeón y el maestro de alcanzar lo que se propone. Sé que en el futuro seguirá siendo así. Lo hermoso de esto es que él quiere ayudar a los demás, y sé que lo logrará. Me siento más que feliz y bendecida por tenerlo en mi vida, y porque me nombró su madrina en Dios.
Muchas veces he hablado de que el autismo es una bendición, y una vez más lo he comprobado gracias a Miguel. Ellos nos llevan a sacar esas virtudes ocultas o tal vez dormidas en nosotros, y yo considero eso una bendición. Principalmente, sacan la virtud del amor. Ellos vibran en el amor y nos ayudan a vibrar en él. Sé que puede resultar irónico para muchos pensar que el autismo es una bendición, pero la clave para mantenerse en esta perspectiva es nunca darse por vencidos y tener un claro sueño sobre el futuro de estos seres maravillosos, porque «si no hay un camino trazado, no hay un sueño logrado».
Han sido años de dedicación en mi caso, buscando formas de ayudar a mi hijo con los recursos disponibles para él y para mí, al igual que lo hizo Fabiola y el papá de Miguel. Hemos pasado días difíciles y noches de desconcierto y desánimo, pero jamás debemos olvidar el sueño de un brillante futuro para ellos. En momentos difíciles, recordar que ellos nos eligieron nos da la fuerza suficiente para seguir adelante. Vinieron a ayudarnos en esta época en la que es más fácil conectarnos a internet que conectar de corazón a corazón con las personas.
Ellos exigen una conexión de calidad, porque nos brindan amor incondicional de calidad. Es imposible no sentirlo cuando descubrimos la forma de conectarse que tienen. Son seres más avanzados que nosotros, ya que nos ayudan a ser telepáticos y a abrir nuestro campo mental en conexión con nuestro corazón. Por eso, mi mensaje para todos hoy es… celebremos esas maravillosas vidas, porque vinieron como una lluvia de bendiciones. No se den por vencidos, busquen la oportunidad de celebrar lo que la maravillosa familia de Miguel celebró con mucho amor, porque celebrar es una poderosa forma de agradecer a Dios por las bendiciones que nos da cada día.
Esta celebración fue una hermosa sorpresa de parte de sus padres y amigos, con el tema favorito de Miguel, «The Polar Express».
¡Celebra tu vida, celebra tu día, celebra tus pequeños logros y celebra también los logros de ese ser que te eligió para viajar en este maravilloso tren llamado vida! Porque la vida es un viaje espectacular, y junto a ellos, es aún mejor. Nos ayudan a ser conscientes de dónde estamos, de lo que deseamos y hacia dónde queremos ir. ¡Felicidades a todos los padres que aceptan este regalo envuelto en desafío y lo transforman en bendiciones!
¡Celebra la vida cada día y vivirás de alegría en alegría!