El Acto de Amor que nos Enseña a Vivir Nuestra Misión

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La resurrección de Jesús no fue simplemente un hecho histórico ni una tradición para recordar una vez al año. Fue un acto de amor absoluto, un mensaje eterno para cada uno de nosotros: la vida tiene un propósito, y el amor nos guía hacia su cumplimiento.

Jesús, en su paso por la tierra, enfrentó dolor, rechazo y sacrificio. Sin embargo, jamás se desvió de su misión. Cada paso, cada lágrima, cada entrega fue un acto consciente de amor, para mostrarnos que incluso atravesando la oscuridad, el amor puede vencer cualquier muerte: la del miedo, la de la duda, la de la desesperanza.

La cruz no fue un final, fue una transformación.
La resurrección no fue un milagro aislado, fue una declaración eterna: cuando vivimos en amor y propósito, vencemos todo aquello que nos detiene.

Hoy, el Domingo de Resurrección no es sólo un símbolo. Es una invitación: ¿qué talento, qué pasión, qué sueño aún duerme dentro de ti esperando resucitar?

Jesús nos enseñó que cada uno tiene una misión.
Que cada paso que damos con amor y fe, incluso entre obstáculos, es un paso hacia nuestra propia resurrección interior.
Y que cada día puede ser el día en que decidimos vivir con propósito, hacer lo que amamos y amar lo que hacemos.

Que hoy y siempre, esa chispa divina que habita en ti despierte.
Porque cuando tú resucitas en amor, todo a tu alrededor florece.

Hoy, pregúntate:

🌿 ¿Qué parte de mí necesita resucitar?
🌿 ¿Qué talento, pasión o sueño ha estado dormido esperando ser abrazado por el amor?
🌿 ¿Qué misión he venido a cumplir, y qué pequeño paso puedo dar hoy para honrarla?

Recuerda: la resurrección no es un evento externo. Es un despertar interno.

Cada vez que eliges amar, servir y vivir con propósito, estás diciendo a tu propia resurrección.
Hoy es el día perfecto para comenzar.

Resucita a tu propósito. Deja que el amor guíe tu camino.

Bendiciones de Luz en tu camino

Angelica


The resurrection of Jesus was not simply a historical event or a tradition to be remembered once a year. It was an act of absolute love, an eternal message for each of us: life has a purpose, and love guides us toward its fulfillment.

Jesus, during his time on earth, faced pain, rejection, and sacrifice. However, he never strayed from his mission. Every step, every tear, every surrender was a conscious act of love, to show us that even in the midst of darkness, love can overcome any death: that of fear, that of doubt, that of hopelessness.

The cross was not an end; it was a transformation.
The resurrection was not an isolated miracle; it was an eternal declaration: when we live in love and purpose, we overcome everything that holds us back.

Today, Easter Sunday is not just a symbol. It is an invitation: what talent, what passion, what dream still sleeps within you, waiting to be resurrected?

Jesus taught us that each of us has a mission.
May every step we take with love and faith, even amidst obstacles, be a step toward our own inner resurrection.
And may every day be the day we decide to live with purpose, to do what we love, and to love what we do.

May that divine spark within you awaken today and always.
Because when you resurrect in love, everything around you flourishes.

Today, ask yourself:

🌿 What part of me needs resurrection?
🌿 What talent, passion, or dream has been dormant, waiting to be embraced by love?
🌿 What mission have I come to fulfill, and what small step can I take today to honor it?

Remember: resurrection is not an external event. It is an internal awakening.

Every time you choose to love, serve, and live with purpose, you are saying yes to your own resurrection.
Today is the perfect day to begin.

Resurrect to your purpose. Let love guide your path.

Blessings of Light on your path

Angelica